La provincia de Salta se distingue por la diversidad de su patrimonio cultural. Pintura, música, poesía, orfebrería, son varios aspectos destacados de una zona rica con dones artísticos, que no se marchitan y que continuamente restauran su variedad, encanto y atractivo.
En el Valle Calchaquí se encuentra una de las más importantes tradiciones en telar criollo del país y la localidad de El Colte se destaca como centro de especialización en la confección de ponchos. Actualmente se tejen especialmente barracanes y picotes, tejidos delicados que se elaboran en piezas de diez a quince metros.
Son trabajos de alto valor se realizan con hilo muy fino trabajado a mano y son demandados para trajes, chalecos, camperas y sacos, entre otros. Los diseños suelen relacionarse con los paisajes, son con motivos regionales; rupestres, inspirados en el rico arte de las culturas indígenas e incaicas, con motivos de la iconografía arqueológica.
Las llamas, ovejas y vicuñas conceden la lana, materia prima de su trabajo. Se elabora frazadas, alfombras, tapices, ponchos, telas como el picote y el barracán, fajas y bolsos. Al igual que casi el setenta por ciento de los artesanos activos vive exclusivamente de su trabajo, el cual constituye su principal fuente de ingresos.
Distancia desde Salta capital: 157 km.
Ubicación: (Cachi adentro a 6 Km.), se encuentra la Quebrada El Colte (camino de los artesanos).
En El Colte nos sorprenden las antiguas fincas hechas de adobe y techos de paja, material usado también en corrales e iglesias sobrevivientes al tiempo. Telas coloridas, ponchos, texturas, dibujos andinos que nos trasmiten la cultura de los valles.
Un poncho típico salteño lleva entre quince y veinte jornadas, con una producción de aproximadamente veinte ponchos al año, predomina el color rojo intenso y linea gruesa negra y flecos negros.
Las alfombras pueden llevar hasta dieciocho, dependiendo de su tamaño. Los tapices de setenta por noventa centímetros, requieren hasta cinco días de tejido.